(Ricardo Arjona)
Eran las diez de la noche, piloteaba mi nave,
Era mi taxi un Volkswagen del ao sesenta y ocho.
Era un da de esos malos, donde no hubo pasaje.
Las lentejuelas de un traje me hicieron la parada:
Era una rubia preciosa, llevaba minifalda,
El escote en su espalda llegaba justo a la gloria.
Una lgrima negra rodaba en su mejilla,
Mientras que el retrovisor deca: