Vuelve a llover, en tierras ya antes
manchadas con sangre de libertad.
Vuelve a nacer, un demonio que borra a su paso
el llanto de la verdad.
Eres el agua de un pueblo con sed,
eres el fuego que quema el poder.
Sueño otra vez tu rostro impasible ante el miedo
luchando por obtener
la libertad de aquellos que sudan la tierra
y no tienen para comer.
Eres el agua de un pueblo con sed,
eres el fuego que quema el poder.
Muerte al alba, pero aún vivir en los corazones
de los que luchan por tus convicciones
te hace ser inmortal.
Aún se escucha tu voz resonar entre las montañas
las que años atrás fueron tus aliadas
para encontrar la libertad.
Al fallecer
veo que mi sangre es roja y mi corazón también lo es.
Mi caminar
de Bolivia al cielo y del cielo también me quieren
expulsar.
Sigues siendo la fuerza y la fe,
eres el fuego que quema el poder.
Muerte al alba, pero aún vivir en los corazones
de los que luchan por tus convicciones
te hace ser inmortal.
Aún se escucha tu voz resonar entre las montañas
las que años atrás fueron tus aliadas
para encontrar la libertad.
Vuelvo a caer
y aunque de rodillas me muera mi corazón seguirá en
pie.
Sin decaer
hasta la victoria siempre he gritado y siempre lo
haré.
Sigues siendo la fuerza y la fe,
eres el fuego que quema el poder.
Muerte al alba, pero aún vivir en los corazones
de los que luchan por tus convicciones
te hace ser inmortal.
Aún se escucha tu voz resonar entre las montañas
las que años atrás fueron tus aliadas
para encontrar la libertad.